Das Prinzip der Einheit – Alles ist mit allem verbunden. Im Blog finden Sie Infos, wie Sie das Prinzip der Einheit erfolgreich in Ihrem Leben anwenden. Lösen Sie persönliche Probleme. Werden Sie glücklich. Erfahren Sie wie das Prinzip der Einheit das Denken der gesamten Menschheit bereichert. Werden Sie Teil einer weltweiten Bewegung.
No porque realmente las necesitemos. La Humanidad se manejó sin ellas durante cientos de años. Las religiones patriarcales son parte de nuestro mundo porque están aquí y porque dejaron fuertes huellas en muchas personas de nuestra cultura en un nivel muy personal. Crecí en un entorno cristiano y así conocí muy bien la tradición cristiana. Les dejo a otros evaluar los efectos de otras religiones monoteístas.
En la esfera de las iglesias cristianas, de diferentes formas, un aspecto especial atrajo mi atención trabajando con constelaciones familiares, las cuales proporcionan insights en los sucesos de muchas generaciones. Este aspecto perturba tanto el fluir de la vida y de lo amoroso en muchas relaciones, especialmente en las de pareja, pero también entre padres e hijos, en los vínculos sociales y además entre los seres humanos y del mundo como un todo.
Hablo de la profunda desvalorización de las mujeres y de lo femenino, que persiste durante miles de años. Las iglesias cristianas vieron a las mujeres, por cierto en bastante oposición a Jesucristo, como las causantes del pecado, como seductoras, como amenaza a la correcta senda del hombre.
Las religiones patriarcales también son parte del panorama
No porque realmente las necesitemos. La Humanidad se manejó sin ellas durante cientos de años. Las religiones patriarcales son parte de nuestro mundo porque están aquí y porque dejaron fuertes huellas en muchas personas de nuestra cultura en un nivel muy personal. Crecí en un entorno cristiano y así conocí muy bien la tradición cristiana. Les dejo a otros evaluar los efectos de otras religiones monoteístas. En la esfera de las iglesias cristianas, de diferentes formas, un aspecto especial atrajo mi atención trabajando con constelaciones familiares, las cuales proporcionan insights en los sucesos de muchas generaciones. Este aspecto perturba tanto el fluir de la vida y de lo amoroso en muchas relaciones, especialmente en las de pareja, pero también entre padres e hijos, en los vínculos sociales y además entre los seres humanos y del mundo como un todo. Hablo de la profunda desvalorización de las mujeres y de lo femenino, que persiste durante miles de años. Las iglesias cristianas vieron a las mujeres, por cierto en bastante oposición a Jesucristo, como las causantes del pecado, como seductoras, como amenaza a la correcta senda del hombre.
Lo que fue sagrado en las tradicionales matriarcales pre-cristianas de Europa, el amor entre los hombres y las mujeres, la gozosa unificación de los opuestos, entendidos como los dos lados de una sola entidad, se convirtió en un pecado para las creencias cristianas. Los representantes masculino y femenino de las antiguas religiones naturales fueron demonizados y quemados o, de lo contrario, asesinados en un genocidio durante siglos. Las mujeres que se sentían unidas a la diosa y a su incondicional aceptación de toda la naturaleza y de toda la vida, que en su plena dignidad se sintieron incluso emparejadas con los hombres como otro aspecto de la totalidad y que los miraron a los ojos, fueron demonizadas como si estuvieran ligadas al demonio y asesinadas por considerarlas un peligro para la cristiandad. Los hombres que en esos tiempos se mantuvieron en la misma tradición matriarcal, encontraron el mismo destino tras ser acusados de brujos.
La degradación de la sexualidad desde el campo sagrado a lo pecaminoso, lo malo, lo depravado y lo demoníaco tuvo terribles consecuencias a lo largo de los siglos. Miles de madres “ilegítimas” fueron discriminadas, expulsadas de la sociedad y conducidas al suicidio. Los hijos nacidos fuera del matrimonio fueron despreciados como fruto del pecado y expuestos a la muerte por negligencia o hambre en las instituciones monásticas cristianas. Aún 50 años atrás en Alemania era una vergüenza tener un hijo ilegítimo.
En suma, la desvalorización de la sexualidad, incluida la unión física amorosa en general, necesariamente llega con la desvalorización de tus propias energías amorosas, eróticas y sexuales. Tú mismo te vuelves el ser pecaminoso que ya no se permite la plenitud en el amor. Esto no es solamente poco amable hacía ti mismo, sino que tiene como consecuencia que el libre fluir de tu energía vital es severamente restringido también en otras áreas, incluida la vida profesional, la creatividad y tu contribución a la sociedad.
Actualmente las iglesias cristianas aún sostienen la desvalorización de las mujeres y de la sexualidad. Hasta el presente se observa una profunda y mutua desconfianza entre los sexos. Debido, por supuesto, a que las mujeres tuvieron que vivir en esta insultante e irrespetuosa tradición durante siglos, buscaron vengarse de los hombres y encontraron muchos modos para ello. Aún hoy muchos jóvenes inconcientemente llevan la semilla de esta grave discordia. Con una devaluación básica del género opuesto en el corazón, es imposible encontrar felicidad en una relación de pareja. El elevado respeto mutuo, el conocimiento fundamental del profundo lazo con el compañero, el saber que hombre y mujer son en verdad dos caras de la misma totalidad, a la par en cada aspecto y pleno amor el uno por el otro y hacia el mundo entero es, precisamente, lo que crea felicidad absoluta.
Alcanzar el verdadero estado de elevado respeto por ti mismo y por tu pareja es un gran desafío. Porque las huellas religiosas que subyacen en la desvalorización son fuertes y demandaron siglos para establecerse en la sociedad y por ende en tus pensamientos y en tus actitudes inconcientes. Primero y principal, una visión clara de la situación ayuda, luego una categórica decisión contra la desvalorización del género opuesto y así el debilitamiento de los dogmas religiosos en todos los niveles. Si entiendes que como persona libre posees tu propio poder de juicio y el total derecho de encontrar una mirada de ti mismo y de tu género opuesto, estás listo para lo nuevo. Apto para la felicidad en tus relaciones.
¡El elevado respeto es la clave!
Ejercicio recomendado:
Tómate quince minutos, no importa donde estés. Mírate con gran respeto a ti mismo. Incluye tus sentimientos, deseos y fantasías felices. Gran respeto hacia cada aspecto tuyo, no importa lo que hayas pensado sobre esto antes.
Luego, tómate otros 15 minutos y observa al género opuesto con gran respeto. Si eres un hombre, mira muy respetuosamente a cualquier mujer que te hayas cruzado hoy. Si eres una mujer, mira de este modo a cualquier hombre que hayas encontrado hoy.
Ahora mira a tu pareja con respeto. Mírala a los ojos. En tanto, fíjate que ocurre dentro tuyo.
Dr. med. Karl-Heinz Rauscher ist Facharzt für Innere Medizin, Psychotherapeut, Familienaufsteller und Schriftsteller.
Seit über 20 Jahren befaßt er sich mit dem "Prinzip der Einheit", der Tatsache, daß alles mit allem verbunden ist.